Enseñar es un acto de amor en el que alguien que tiene "algo que sabe" se lo entrega "a otro" que seguramente no sabe que lo necesita porque simplemente no sabe que ese algo existe. Por eso enseñar implica convencer, enamorar, persuadir.
Nuestros estudiantes la mayoría de las veces no saben que necesitan aprender sobre leyes, sobre anatomía y educación sexual, sobre historia, sobre geografía, y tantos contenidos. Esa típica pregunta que tanto registramos: ¿Esto para qué lo tenemos que estudiar? En nosotros como docentes está motivarlos, enamorarlos de ese algo que quizás hoy no lo necesiten, pero si para toda su vida como ciudadano, como universitario, como trabajador, como padre o madre.
Las TIC son en la actualidad una herramienta imprescindible para trabajar con nuestros chicos en la escuela. Han mostrado evidencias de impactar en los procesos cognitivos de manera asombrosa. Si amamos nuestro trabajo, si amamos enseñar, nunca olvidemos que enseñar es un acto de amor. Que hace que ese estudiante, que es distinto a todos sus compañeros, pueda hacer la diferencia en su vida, le permita crecer, le abra muchos caminos y le de la posibilidad de defender sus derechos e ideales.
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